Por
Aquiles Julián
Microinfluencer,
microdistribuidor y
mobilepreneur
El
mobile commerce es hoy una tendencia que apabulla a nivel mundial, por la
popularización de los smartphones y la capacidad, versatilidad y potencia que
estas auténticas minicomputadoras de bolsillo han adquirido.
Los
smartphones, los móviles o celulares inteligentes, han ido dominando la
categoría y desplazando en uso a las laptops y ni hablemos de las desktops, convirtiéndose
hoy en el medio por excelencia de las personas para interaccionar con otras,
con empresas y con las redes sociales.
Actualmente,
el móvil o celular inteligente es también el centro de interés de fabricantes y
comercializadores, ya que hoy es el centro comercial virtual más importante,
pues domina la categoría de ecommerce, y esta tendencia se acrecentará en los
próximos años, en la medida en que la generación de los nativos digitales, los
nacidos de 1995 a la fecha, sigan engrosando el mundo laboral y siendo la
fuerza más pujante de la economía. Ellos están habituados a recurrir a su
móvil para todo. Y tengamos en claro que este año los nacidos en el 2001
alcanzan la mayoría de edad.
Las estadísticas muestran el poder del
mobile commerce
Las
estadísticas son elocuentes y todas indican que el movimiento hacia consultas, búsquedas, averiguación, pedidos y pagos por el móvil van en desbordado crecimiento.
Ya
las personas dedican más tiempo a interactuar con su celular que en ver televisión.
El móvil simplemente superó a la televisión como centro de entretenimiento e
información.
En
Estados Unidos, por ejemplo, el 76% de las compras hechas en una tienda física
fueron precedidas por una búsqueda online de parte de los consumidores.
El
promedio en dinero comprado vía telefónica fue de $117.76 dólares.
El
59% de los consumidores hace búsqueda por el móvil antes de hacer una compra en
línea.
Al
2019, $36.3 billones al año han sido facturados en ventas hechas desde un
móvil.
Dos
billones de personas emplean sus smartphones a nivel mundial para comprar en
línea.
El
67% de la población mundial posee un teléfono móvil en el 2019 y el 79% de los
dueños de un Smartphone han hecho una compra utilizando su celular en los
últimos 6 meses.
En Estados Unidos, ya en el 2016 los usuarios de smartphones emplearon hasta 10 horas por día interactuando con sus dispositivos móviles ¡Y estamos en el 2019!
En Estados Unidos, ya en el 2016 los usuarios de smartphones emplearon hasta 10 horas por día interactuando con sus dispositivos móviles ¡Y estamos en el 2019!
El
70% del gasto en publicidad digital se realiza ahora en anuncios para móviles,
lo que asciende a $16.3 billones de dólares; eso significa que los
anunciantes han entendido que el móvil es el terreno de juego para alcanzar a
los consumidores, más que los medios masivos tradicionales y la publicidad
digital para computadoras.
En
cuanto al consumo de internet, ya para el 2017 el consumo de data en celulares y
tablets era en un 57% superior al consumo en desktops y laptops, que alcanzó un
43%. Y ese porcentaje debió incrementarse en el 2018 y será apabullante en el
2019.
Las
expectativas previstas son de que el mobile commerce mueva en el 2019 $2.3
trillones de dólares en ventas. Así de impresionantes son las previsiones.
¿Qué tipo de movilemprendedor eres?
Es
claro que aunque tú seas un mobilepreneur y yo también, podemos estar aplicando
estrategias distintas porque operemos con modelos de negocio distintos.
En
mi caso específico, por ejemplo, yo soy un direct mobilepreneur que trabaja con una
audiencia o mercado natural conocido: mis relaciones personales, estructurado en cinco
categorías de personas:
1.
Mis familiares
2.
Mis amigos
3.
Mis vecinos
4.
Mis conocidos y colegas
5.
Mis contactos virtuales y seguidores
Una
audiencia conocida y limitada a mis relaciones demanda un tipo de acción
distinta a una audiencia desconocida, aunque la segmentemos por variables de
edad, ocupación, región, etc.
Así
que mientras yo aplico una estrategia basada en direct ads mobile commerce,
otro aplique una basada en open ads mobile commerce, recurriendo a SMS (short message services), Google Ads, Facebook Ads, Instagram Ads, etc. Aunque ambos hagamos
mobile commerce, y nos apoyemos en aplicaciones (apps), no hacemos el mismo tipo de negocio, no desarrollamos el mismo modelo de negocio ni operamos sobre el mismo
tipo de audiencia.
¿Cómo es el enfoque: activo o pasivo?
Al
definir el modelo de negocio definimos el enfoque de trabajo.
Yo,
por ejemplo, aplico un enfoque activo, en que asumo la iniciativa comercial, enviando ofertas a mis prospectos
(relaciones) con seguimiento adecuado, buscando crear y ampliar una cartera de
clientes personales que me permitan alcanzar mi meta personal de volumen.
Este
enfoque me permite evitar generar una sobredemanda que exceda mi capacidad
de respuesta (algo muy importante cuando uno distribuye artículos de consumo
que implican una logística de entrega), y provoque una innecesaria irritación
por retraso o incumplimiento a mis clientes.
Como
opero un negocio de microdistribución , tampoco mis expectativas son pedidos
masivos, ya que mi modelo de escalabilidad se centra no en la amplitud de mi
base de clientes, una centralización operativa como tienda virtual y el creciente número de mis operaciones, sino en mi capacidad
de multiplicar mi modelo y transmitir, transferir, entrenar y duplicar mi acción comercial conectando a microdistribuidores que atiendan y suplan sus propios mercados naturales (sus
relaciones), aplicando un modelo de escalabilidad tanto horizontal como vertical
(en anchura y en profundidad).
Un
modelo pasivo, por el contrario, coloca la iniciativa en el prospecto, por lo que promueve y anuncia de forma abierta a una audiencia desconocida, buscando atraer por la oferta
para generar tráfico, enganchar al prospecto para atrapar su atención y su
interés hasta que se produzca la conversión (compra) y luego retenerlo para que
se produzca la recompra.
Un
modelo de este tipo no tiene forma de controlar el volumen de respuesta, que
puede ir de una avalancha a unos pocos o a nada. Y está el reto de la logística
de entrega, cuando se trata de productos físicos. A menos que se trate de
infoproductos, no es sencillo lidiar con un modelo de anuncios abiertos.
En
mi modelo, yo actúo para que se produzca el pedido.
En
el segundo modelo, el operador lanza el cebo (anuncio) a la espera de que
alguien pique y muerda el anzuelo.
¿Cuál es el mejor modelo para crecer?
En
cualquiera de los dos modelos se puede crecer y con cualquiera de los dos se
puede ganar buen dinero.
Ahí
es asunto de cuál cultura empresarial queremos practicar y en cuál queremos
crecer: en la tradicional, basada en un dueño/jefe que contrata a
empleados/colaboradores, y en donde se gana del ingreso neto obtenido por las
ventas, descontados los salarios, impuestos, pagos a suplidores y demás gastos;
o en la cultura de la conectividad en
que un operador/mobilepreneur comparte, entrena, transfiere experiencias, guía y patrocina a nuevos
mobilepreneurs independientes para que creen sus propios microemprendimientos de
microdistribución, y en donde cada quien gana en función tanto de su
rendimiento como operador de su propio negocio de microdistribución (volumen
personal), y también del número y rendimiento de la organización de mobilepreneurs
que ha ido creando de él hacia abajo (volumen de equipo).
En el primer modelo el operador no desea ni se propone enseñar a sus colaboradores y mucho menos a particulares los aprendizajes que lo llevaron al éxito. Apenas los hijos pueden abrevar de esa experiencia. Los demás son vistos como potenciales competidores y adversarios. Jeff Bezos jamás le diría a otra persona cómo crear otro Amazon. Es un modelo individualista y busca el beneficio de uno o de pocos, y no de muchos.
En el segundo modelo se busca transferir, animar, inspirar y desarrollar microdistribuidores que puedan ser mejores que uno mismo, ayudarlos a evitar incurrir en los errores que cometimos rentabilizando nuestra experiencia vía mentoría, y buscar que puedan avanzar con mayor rapidez hacia el éxito. Es un modelo que se asienta en la asociación y el mutuo beneficio.
En el primer modelo el operador no desea ni se propone enseñar a sus colaboradores y mucho menos a particulares los aprendizajes que lo llevaron al éxito. Apenas los hijos pueden abrevar de esa experiencia. Los demás son vistos como potenciales competidores y adversarios. Jeff Bezos jamás le diría a otra persona cómo crear otro Amazon. Es un modelo individualista y busca el beneficio de uno o de pocos, y no de muchos.
En el segundo modelo se busca transferir, animar, inspirar y desarrollar microdistribuidores que puedan ser mejores que uno mismo, ayudarlos a evitar incurrir en los errores que cometimos rentabilizando nuestra experiencia vía mentoría, y buscar que puedan avanzar con mayor rapidez hacia el éxito. Es un modelo que se asienta en la asociación y el mutuo beneficio.
Ahora
que leí que Jeff Bezos intenta que sus empleados renuncien y se conviertan
en distribuidores independientes de Amazon
(https://www.diariolibre.com/economia/la-propuesta-de-amazon-a-sus-empleados-para-que-abandonen-el-trabajo-EB12752305), entendí que puede ser que el modelo que practico sea el recomendable, por lo
menos para mí. Y parece ser que ahora también para Jeff Bezos.
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