LA CASPA, UNA ENFERMEDAD QUE AFECTA A LA MITAD DE LA POBLACIÓN DEL MUNDO


Por Aquiles Julián 

El 50% de la población mundial, estamos hablando de 3,800 millones de personas, se estima que padecen de caspa.
La caspa es una molestia, afecta la imagen, es desagradable, es incómoda y también puede ser la puerta a infecciones, así que conviene mantenerla bajo control.

¿QUE LA ORIGINA? 
La caspa es una respuesta a la irritación que produce en el cuero cabelludo la acción de un hongo microscópico, el Malassezia Furfur, que es parte de la microbiota  normal de la piel humana y vive en las capas superficiales de la dermis (la piel).
Cuando el hongo por cambios moleculares que se desconocen, cambia su forma de levadura y desarrolla a lo que se denomina forma hifal o micelar (desarrollando filamentos o hifas), el hongo, también conocido como Pityrosporum Ovale (de donde sale la denominación de Piritiasis Versicolor para una de sus afecciones), se convierte en patógeno y produce no sólo la caspa, sino también lo que llamamos "paños" (piritiasis o tiña versicolor), dermatitis seborréica y otras afecciones en niños, adolescentes y adultos.


LA CASPA 
La caspa (que puede evolucionar a dermatitis seborréica) afecta no sólo la cuero cabelludo, sino que también puede extenderse  a las zonas más oleosas del cuerpo como el rostro, los lados de la nariz, las cejas, las orejas, los párpados y el pecho.  
Algunas de sus características son:
Hojuelas de piel muerta (caspa)
Enrojecimiento de la piel
Picazón y ardor
Costras

La piel del cuero cabelludo se diferencia del resto de la piel del cuerpo porque tiene una abundancia de folículos pilosos grandes y una mayor presencia de glándulas sebáceas.
Los corneocitos o células córneas se desprenden de forma continua de la superficie de la piel, en un proceso de renovación celular que normalmente dura 28 días. 
Esa pérdida de células córneas es microscópico y no se nota. Y es ese proceso el que se altera cuando se padece de caspa.
En la piel del cuero cabelludo suele existir una flora microbiana parásita o saprófita (es decir, que obtiene su alimento de la materia orgánica muerta o detritus de otro organismo, en este caso de nuestra piel), y que suele componerse por dos bacterias, Staphylococcus epidermidis y Propionibacterium acnes, y dos especies de levaduras (hongos), la Malassezia furfur y el Pityrosporum orbiculare.



CÓMO SE ORIGINA
Las glándulas sebáceas producen una sustancia llamada sebo, formada por grasas, proteínas y colesterol, cuya función es lubricar el pelo y evitar que se reseque.
Un aumento en la secreción de grasa estimula la multiplicación del hongo Malassezia furfur, el cual degrada los triglicéridos que constituyen el sebo capilar, lo que da lugar a un aumento en la cantidad de ácidos grasos libres en el cuero cabelludo, los que poseen una fuerte capacidad irritante.

Los ácidos grasos, principalmente el oleico y linoleico, liberados de los triglicéridos del sebo capilar atacan la piel y producen una aceleración, como mecanismo de defensa del organismo, del proceso de renovación celular, que en vez de 28 días se reduce a una semana, lo que genera un incremento de la presencia de corneocitos que se acumulan y por el sudor y el sebo se quedan en la piel y es el origen de la caspa. 
Esa irritación de origen fúngico también es la que produce el picor.




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