¿FUE RECLUTADO NAVAJITA COMO AGENTE POR LA CIA?

 


Arturo Espaillat Rodríguez, alias Navajita 


Hay más de un hecho que sugieren que el general Arturo Espaillat Rodríguez, alias Navajita o la Gillette, actuó desde 1954 como un colaborador de la CIA.

Y el artículo de hoy publicado por Tony Raful reafirma mi opinión.
La información confirmatoria no está disponible. Pese a décadas transcurridas, los documentos claves sobre el secuestro por la CIA de Jesús de Galíndez en New York y su traslado a Rep. Dominicana para entregárselo a Trujillo no han sido desclasificados. Aquella fue una operación autorizada por Eisenhower a petición de los hermanos Dulles y Nixon para eliminar un molesto obstáculo en su camino a regularizar el status de la España franquista en la ONU y obtener la autorización para bases militares norteamericanas en la península ibérica, y diseñada, organizada y ejecutada en territorio norteamericano por la CIA.

La muerte de Galíndez, como he escrito, fue el crimen perfecto de los hermanos Dulles, que convenientemente, a través de lo que se conoció como Operation Mockingbird (Operación Ruiseñor), fue aireada a través de uno de sus conspicuos medios, la revista Life, cuyo director era parte de Hugh Wilford llamó The Mighty Wurlitzer (la poderosa vellonera) en su libro del mismo título, para colocar todos los reflectores en el atrabiliario y ensorbecido tirano que se enseñoreaba en nuestro país, comparsa en el crimen, pero no su mayor responsable.
La mentira de que fue Trujillo quien secuestró y trasladó a RD a Jesús de Galíndez ha sido repetida hasta la saciedad. Pero, no por repetida, es la verdad. Al contrario, su repetición es hacerle el juego a los reales secuestradores del dirigente vasco. Es mantener la mentira propagada por la CIA durante décadas.
Trujillo lo mató. Pero fue la CIA la que lo secuestró y lo trasladó a RD. Pruebas sobran.
¿Cómo y por quién fue reclutado Navajita?
La culpa indirecta fue del mismo Trujillo.
Queriendo impresionar a Franco, en su viaje a España y El Vaticano EN 1954, Trujillo ordenó al entonces cónsul de RD en Miami, Pedro Blandino, lograr que el FBI autorizara dos agentes para que le sirvieran de guardaespaldas, una forma de probar el apoyo que el gobierno norteamericano le brindaba.
Esa petición enojó a Edgar Hoover, quien se negó a la misma.
Blandino, entonces, se dirigió al Departamento de Estado, entonces dirigido por John Foster Dulles, que buscaba la aquiescencia de Franco para las bases militares.
La solicitud se tramitó a la CIA, dirigida por Allen Dulles, hermano de Foster Dulles, y este proporcionó dos cuadros de operaciones sucias de la CIA en suelo norteamericano (que legalmente las tenía prohibida). Estos eran Horace Schmahl (antiguo operativo de la OSS) que habían empleado para hundir a Alger Hiss, acusándolo de agente de la KGB, acción en que también se involucró el pupilo de los Dulles, Richard Nixon) y John Joseph Frank, exagente del FBI y luego de la CIA, que operaba bajo la directriz del Robert Maheu, quien dirigía una oficina para tareas sucias y era financiado por la CIA.
Schmahl y Frank viajaron junto a Trujillo y su comitiva tanto a España como al Vaticano, sirviendo como espalderos.
Y a su regreso a RD, Frank compartió camarote con Navajita, entonces a cargo de los servicios de inteligencia de Trujillo.
Navajita hizo creer a Trujillo que él había reclutado a Frank como colaborador y, a partir de ahí, John Joseph Frank introdujo tanto a Schmahl como a Robert Maheu como suplidores de servicios para la tiranía. Frank disfrutaba de un salario lujoso para entonces, de US$2,000.00 dólares, cargado a los astilleros que dirigía el ingeniero puertorriqueño Félix Benítez Rexach.
Y fue Navajita parte importante en todo el proceso de provocación urdido por la CIA para indisponer a Trujillo con Galíndez. También realizó una serie de tareas para dejar suficientes indicios que marcaran al dictador, como relacionar a Galíndez con una agente, la dominicana Gloria Viera, amante del español Félix Hernández Márquez, alias El Cojo, agente de la inteligencia dominicana. Ambos fueron luego asesinados por el aparato trujillista, borrando huellas.
Para el 30 de mayo, la CIA envió al restaurante El Pony, en la Feria Ganadera, dos colaboradores. Ambos tenían una tarea, prestar atención a si se escuchaban disparos, indicadores de que el atentado contra Trujillo había tenido efecto. Uno de ellos era Lorenzo Berry (Wimpy), a quien falta reconocerle sus aportes a la causa de nuestra libertad. El otro, Arturo Espaillat, Navajita.
Ni Wimpy ni Navajita tenían conciencia del rol del otro, como corresponde a un esquema de compartimentación propio de los servicios de inteligencia. La CIA buscaba confirmar por vía doble el atentado.
Cuando se escucharon los disparos, Wimpy salió hacia el consulado norteamericano a informar el hecho.
Navajita montó en su vehículo y se dirigió al lugar del atentado. Encontró el carro de Trujillo tiroteado, vió la sangre en el asiento trasero, comprobó que el cadáver de Trujillo no estaba y se marchó. Y aquí viene el dato que Raful comparte en su artículo: hizo una llamada, desde El Pony, informando a la inteligencia norteamericana que el atentado había tenido efecto.
Tras eso, se fue a la casa del entonces secretario de las Fuerzas Armadas, Pupo Román, quien estaba implicado en la trama y vio al temido oficial de inteligencia trujillista traerle la noticia, algo que era lo último que esperaba.
No informó a los servicios de inteligencia dominicanos.
No informó al gobierno dominicano.
Por eso Ramfis lo torturó. Instuía su complicidad.
En algún momento del futuro esos archivos se desclasificarán y estas verdades saldrán a relucir.
Muchos altares serán remecidos.

Comentarios

  1. Henriette, Hoover y el FBI le tenían causa abierta a Espaillat por el secuestro de Galíndez. Lo último que quería Dulles es que eso se ventilara, porque Hoover era enemigo jurado tanto de Dulles como de la CIA y buscaba maneras de que esa agencia desapareciera y sus funciones se agregaran al FBI, que fue su propósito desde el comienzo. Hoover hizo solicitar varias veces a Navajita, algo a lo que Trujillo se negó. De hecho, estando Navajita exiliado en Canadá, de nuevo el FBI intento que lo llevaran a territorio norteamericano, pero la CIA impidió que eso prosperara. Algún día la verdad saldrá a la luz, porque el excremento flota.

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  2. Lo que Hoover iba a probar, e intentó lograrlo, era que la CIA había sido la que secuestró a Galíndez. Manuel de Dios Unanue habla de todas las gestiones que hizo el FBI en RD, tras la caída de la tiranía, para hacerse con los archivos del Caso Galíndez. ¿Qué hizo el entonces presidente Balaguer? Conocedor de lo que contenían, los mandó a destruir.

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  3. Hoover conocía a los operativos que intervinieron en el secuestro de Galíndez: Horace Schmahl, John Joseph Frank y Robert Maheu, porque habían sido del FBI antes de pasar a la CIA con muchos otros agentes, algo que enojó a Hoover muchísimo, porque le drenaron parte de su personal. A él no pudieron hacerle tragar el cuento.

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  4. Trujillo, por otro lado, no hubiese permitido a Navajita salir del país el 12 de abril del 1961, fecha para la que estaba vivo. Navajita estuvo todos esos años en conciencia del peligro que él representaba, pues era uno de los pocos participantes en el operativo de Galíndez que quedaba con vida y tenía conocimiento de todo. Otro era Félix W. Bernardino. No sé de dónde sale la noticia de que le negaron la visa. Te aseguro que Navajita sabía que en EE.UU. Hoover lo estaba esperando. Si pasaba territorio norteamericano, el FBI lo arrestaría para interrogarlo.

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  5. Si Trujillo hubiese querido matar a Galindez, Gloria Viera, agente trujillista, vuelta amante de Galindez, lo hubiese envenenado o asesinado. Le hubiese abierto la puerta a El Cojo mientras Galindez dormía. A Galindez le aplicaron el plan que se había diseñado en 1954 para Onassis

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  6. Así es, Raúl. Yo tengo muchos años investigando el caso. Y cada vez me queda más claro de dónde provino la decisión de eliminar a Galíndez. En cuanto al cuento que nos hicieron creer, existen los que repiten cándidamente sin investigar ni sospechar, que son los más; y los que se prestan a la desinformación y la cortina de humo y que están bien conscientes del rol que juegan. Esos son los malvados que manipulan y engañan y han servido para que a los Dulles no se les asigne la responsabilidad mayor que tienen. El mismo Eisenhower fue una víctima de este par de pillos, al que manipularon, sobre todo a través de su propio "Manchurian candidate", Richard Nixon, un pupilo de los Dulles con el que soñaron tomar el control de la presidencia de Estados Unidos y que se prestó siempre a sus peores bellaquerías. Ese propósito lo frustró Kennedy en 1960 al ganarle a Nixon, una de las fuentes del profundo odio de Allen Dulles hacia él. A partir de ahí y tras las consecuencias del tollo de Bahía de Cochinos y su despido de la CIA, Dulles no tuvo otra obsesión que matar a Kennedy, lo que hizo junto a operativos de la CIA en 1963. Pruebas sobran.

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